No es nada nuevo que las personas cada vez destinan menos tiempo a su educación, pero a su vez destinan más tiempo al uso de aparatos móviles, y junto a las nuevas tecnologías, las empresas han debido adaptar los modelos de capacitación que la organización tenía.

El microaprendizaje resulta atractivo a las empresas ya que facilita el aprendizaje continuo. Al entregar cápsulas de contenidos de corta duración y enfocadas en conceptos específicos, se busca evitar el sobre entrenamiento y abusar de la capacitación de los trabajadores.

Para que el microaprendizaje sea efectivo y cumpla con los objetivos de la metodología, se debe evitar el sobre entrenamiento. De lo contrario, el usuario sólo se verá abrumado por la información y optará por darse de baja. Algunos consejos para evitar esta situación son:

– Desarrolla programas que no duren más de una hora, ojalá no más de media hora.
– Combina el formato de las actividades. Se pueden usar videos, textos, audios, por ejemplo.
– Es necesario estudiar el contenido y perfilar a quienes se les entregará para realizar un programa contextualizado correctamente.
– Establece la forma de medir los resultados de forma previa a la implementación del programa.
– Ofrece herramientas adicionales al programa para que el usuario pueda informarse de diversas formas.

En rigor, el microaprendizaje busca que el usuario aprenda conceptos a través de actividades lúdicas por lo que sobre entrenar está fuera de sus objetivos. Así, estas prácticas no solo transforman la forma en que las empresas capacitan a sus empleados, sino que también consolidan el compromiso con un aprendizaje continuo y adaptativo en un mundo empresarial dinámico y cambiante.